Ya han pasado más de dos meses de la partida de Jemima, el dolor y la ausencia siguen ahí, pero lo que Jemi nos enseñó de seguir siempre adelante, superando todas las dificultades, es lo que tenemos que aplicar ahora en nuestras vidas.
Estuvimos en Carmen de Patagones, donde hermanos de la Iglesia, de todas partes del país, tuvieron palabras de ánimo y fortaleza para nosotros, asi que estamos muy agradecidos por cada uno de ellas.
Hoy llegamos de Playas Doradas, lugar hermoso, donde fuimos por primera vez con Jemima y el agua de mar la "bautizó"con una ola inesperada, lo que la hizo llorar mucho y a nosotros nos causó mucha risa, más alla de todos los mimos y cuidados que le dimos.
Ahora volvimos y los recuerdos eran gratos, y cuando recapitulamos, que en la medida que podía, Jemima disfrutó de cada viaje.
