sábado, 9 de mayo de 2009

A seis meses de la partida de Jemima


















Hoy 9 de mayo, ya se cumplen 6 meses de la partida de Jemima. En Esquel al igual que el sábado pasado, cae una lluvia torrencial, los teros ya no se escuchan, (¿se habrán ido?) pero las bandurrias todavía surcan el cielo esquelense; la nieve se hace rogar (mejor) y a veces el cielo se puebla de cenizas volcánicas como para recordarnos que ante todo, ante la naturaleza en especial, somos muy vulnerables.


Jemima nos dio amor, nos dio trabajo también, pero sobre todo amor. En su mirada, en sus medias sonrisas, en los pocos gestos que descubríamos en ella, pero sobre todo, en esos ojos llenos de vida y dulzura. Y cada vez que la recuerdo me vuelvo más vulnerable.

Ojalá todos fuéramos como ella, como niños, para poder amarnos y demostrarnos cariño y afecto sin complejos, sin historias.

Yo creo que las personas que se abrazan, que se pueden besar, acariciar, y tenerse en cuenta, son más sanas que las que andan con el ceño fruncido, desconfiando, poniendo barreras. Si te dan la mano, no te la apretan, el saludo es de una mano fláccida. Si les das un beso, ponen la mejilla pero no te besan... si te acercás demasiado se corren...

El sábado pasado llevé un ramo de flores no para Jemima porque donde ella está abundan las flores y las cosas hermosas, sino en recuerdo de ella... hoy fue un día muy ocupado, casi no hay flores, pero a Jemi la llevo en el corazón.

Frente a su tumba le pedí a Dios que me ayudara para continuar sirviéndole con el empuje, la perseverancia, la lucha, (sin achicarse) que tuvo Jemima mi hijita, frente a la vida, y frente a la muerte que vino varias veces para llevársela y no pudo hasta que un día su corazoncito dijo basta. Y más que nada Dios dijo "ahora estará conmigo para siempre..."

También le di gracias por el tiempo que me la prestó.

Cada vez que la recuerdo me vuelvo más vulnerable.

Cada vez que la recuerdo me vuelvo más fuerte.

Esteban Blanco, papá de Jemi