jueves, 27 de agosto de 2009

Para seguir aprendiendo


El Señor nos pone otra vez frente a una situación dificil de manejar. El martes pasado nació Mateo, hijo de alguien que amamos mucho y que fue como una hija para nosotros.
Este bebé esta en una situación muy sismila a la de nuestra hijita cuando nació,con un pronóstico a ojos vista bastante desalentador, alimentado por sonda y con su cerebrito no desarrollado. Ahora etá entubado...
¿Cómo entender el propósito de Dios en esto? ¿Cómo ayudar en esta situación si en nuestas entrañas se remueve el dolor ?
Pero sí, podemos hacerlo, porque Mateo necesita de nuestra oraciones, sabemos que el Señor no estaba mirando para otro lado, que sus brazos rodean con ternura a este bebé , a su mamá, a su papá y a sus hermanitos.
Se que puedo acompañarlos y hasta sentir un poco lo que ellos sienten y orar con conocimiento de causa.
La vida de Jemi no fue en vano y lo que aprendimos con ella tampoco. Ayudame Señor a ser instrumento útil para llevar consuelo y fortaleza a esta familia,
Y bendice a Mateo Señor,

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LA VERDAD QUE FUERON CADA UNO DE LA FAMILIA BLANCO EJEMPLO DE VALOR , AMOR,ENTREGA, Y MUCHO MAS QUE LAS PALABRAS SE HACEN ESCASAS PARA DEFINIR TODO LO QUE DIERON PARA ESA HERMOSA JEMIMA QUE DIOS LES PUSO EN SUS MANOS.EL AMOR DE USTEDES LE DIO VIDA, PORQUE ELLA PUDO DISFRUTAR DE UNA FAMILIA QUE SE OCUPO SIN DESCANSO.DIOS RECOMPENSARÁ TODO ESE TIEMPO QUE DIERON .ME LA IMAGINO A JEMIMA CORRIENDO Y RIENDO SIN PARAR.UN ABRAZO A LOS VALIENTES PADRES Y HERMOSOS HERMANOS!!!.DIOS LOS RENUEVE Y LLENE DE SU PRESENCIA.OMAR Y LEO.

Julio Palacio dijo...

A veces el pesar nos rodea de tal modo que no podemos ver el dolor ajeno. Me pasé por el blog de Jemima y pensé que eso sí que es dolor taladrando los huesos, sin embargo, como dijo hoy el pastor Daniel Trovato, en medio de la tormenta por la que pasaron nuestros hermanos, Jesús no los dejó solos. Tal vez pareció que estaba lejos, pero cuántas lágrimas se habrán deslizado por las mejillas del Señor, como aquel día junto a la tumba de Lázaro, cuando ustedes se lamentaban por vuestra pequeñita.
Raquel y Esteban, seguro que pueden con el dolor de la familia de Mateo. Díganles que aunque no lo parezca, en medio del temporal, Jesús está en la barca, y abrácenlos, como Cristo los abrazó a ustedes.
Dios los bendiga.