domingo, 8 de junio de 2008

Días

Ayer fue un día donde todo parecía complicarse con Jemima.
No podía ponerle la sonda, una vez que lo hice, convulsión de por medio, la medicación no pasaba por ella y me di cuenta que estaba fallada. Esto me llevó a cambiársela, cosa que hice sin problemas, hasta que después de tomar la leche, vomitó y chau sonda otra vez.
Llegué al punto de llamar a mi esposo y pedir que ore por mí, mis lágrimas de impotencia ya no las podía contener y mi oración era: ¿Por qué Señor? Ya que veía a mi pequeñita sufrir.
En cambio, hoy todo es diferente.
Jemima se despertó con una cara de satisfacción que da gusto mirarla.
Ya tomó su medicación y la leche. Tuve a su lado la lectura de la Biblia y estuve orando con ella y ahora está dormidita con toda la paz y esto me produce una llenura en mi alma difícil de explicar, porque sé que se siente cómoda, protegida y amada .
Los días transcurren así. Unos son muy difíciles y otros son de mucha tranquilidad, pero en todos y cada uno de ellos está Dios, diciéndonos que no tengamos temor porque Él está a nuestro lado.

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