sábado, 27 de septiembre de 2008

Mirando a Jemima

Esta mañana , mientras hacia mi devocional y tomaba unos mates con el Señor, comencé a observar a Jemi que dormía en su camita.
Como yo estaba en silencio, ella pensó que estaba solita y comenzó a respirar mal. Me acerqué y la acaricié, diciéndole que estaba a su lado. Su reacción fue inmediata, se quedó tranquila y siguió durmiendo en completa paz.
Esto me llevó a reflexionar en cuanto a mi propia vida, cuántas veces al no sentir al Señor a mi lado, empiezo a desesperarme ,a hacer cosas para llamar su atención, algunas veces me comporto cono una niña inmadura. Pero Él con una palabra, una caricia, una canción, me dice que está a mi lado.
Así como yo le digo a Jemi que no se preocupe , que no la dejo solita, Él en su infinita ternura me dice que a cada instante está conmigo, que me ama y cuida y nunca ,nunca me abandonará.
¡Que precioso es Dios, cuánto nos ama ! No me quedan palabras para darle gracias .

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