lunes, 1 de septiembre de 2008

Superando escollos


Luego de un poco más de una semana de pasarla mal, respirando mal, con poca oxigenación, muchas convulsiones, anoche, gracias a Dios Jemima (y nosotros también) durmió y descansó bien.
Suponemos que la crisis -esperamos- ha pasado, esta vez, debido al ajuste en la medicación, que en verdad fue un aumento de las dosis, supone también una acomodación de su cuerpo a esas dosis.
Su descanso no estuvo auxiliado por cuellitos ortopédicos ni sostenerle su mentón.
La Palabra de Dios dice "en paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú Señor estás conmigo." El salmo 23 dice "...tu vara y tu cayado me infunden aliento..."
Aunque a veces parece que la intervención divina no se hace presente, Dios siempre está a nuestro alrededor y sabemos que estos niños como nuestra hijita, son especiales para El.
Muchas cosas no entendemos y a veces parecemos al punto de "tirar la toalla" de encontrar el límite de nuestras fuerzas al verla sufrir.
En este momento descansa plácidamente a mi lado, durmiendo sobre el "puf". Recibe palabras amorosas, besos, mimos, caricias al por mayor y todo tipo de cuidados permanentemente, nuestra princesa.
Si ella, con sus "limitaciones" es capaz de seguir peleando por la vida, de llevar adelante su lucha con tremenda fortaleza, qué queda para nosotros entonces que a veces damos mucha bolilla a simples achaques o molestias que al lado del cuadro de Jemi son pavaditas.
Nos queda continuar junto a nuestra hijita, seguir peleando juntos y continuar siguiendo el consejo de la Jueza de Familia, "pensar en términos de vida", y sobre todas las cosas, continuar puestos nuestros ojos en el autor y consumador (el inventor) de la Fe: Jesucristo es su nombre.

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